La apertura del mercado de gasolinas y diesel traerá una competencia en la que difícilmente podrán subsistir quienes quieran permanecer en el estado actual de las cosas.
En diciembre pasado la petrolera consiguió su mejor participación en la oferta nacional desde agosto del 2020 para el caso de las gasolinas y desde mayo de ese mismo año, en la oferta de diésel.
El sector elevó las compras al extranjero en las primeras semanas tras el estallido del conflicto entre Rusia y Arabia Saudita, a pesar de que las ventas fueron a la baja.
El impacto de precios del petróleo negativos tendría una duración tan corta que no logrará afectar al resto de la cadena.
La petrolera está por cerrar un trato para construir al menos dos mil gasolineras con el fin de llegar a zonas latinas como Los Ángeles, Chicago y Houston, y que las unidades tengan tiendas donde los clientes encuentren tortillas o jarritos.
Aún con nuevos competidores, quiere 645.8 mil mdp del mercado; prevé colocar 795.4 mil barriles de Magna y Premium en 2018.
En cuatro años, participación de la franquicia Pemex podría quedar por debajo de 50% de las estaciones del país; Shell inició operaciones y prevé invertir US1,000 millones.
Pemex considera a Petro 7 como un gran aliado ante el nuevo esquema de competencia, con el que ha perdido 21% del mercado.
La red de 500 estaciones de servicio propias que está por lanzar la petrolera tendrá el diseño de aquellas décadas.
En una reunión celebrada por las diez petroleras más importantes del mundo, incluida Pemex, fue acordado rebajar a casi cero las emisiones de metano en toda la cadena de gas, informó José Antonio González Anaya, director general de la petrolera.
Quiere retener el mayor número de franquiciatarios en etapa de competencia; la petrolera asegura que autorizará contratos de la marca en menos de un mes.
Esto para hacer frente a la llegada de nuevos competidores en el mercado de gasolinas en el país.