Muchos justifican el "escándalo" de los precios de la gasolina en México al compararlo con los precios más bajos que hay en EU. Empero, esto no es nuevo
El que AMLO haya admitido que el reporte de precios de gasolina –hecho por su administración– tuviera errores, fue un paso importante en dirección hacia la rendición de cuentas. Sin embargo, no resolvió la pregunta fundamental que surgió de su enfoque en los precios del gas en los últimos días. El llamado del presidente para que haya claridad en las fórmulas de fijación de precios debería, de hecho, haber suscitado una discusión pública acerca de cómo se fijan los productos básicos fundamentales, como la gasolina, en la economía mexicana.
Por supuesto, en todo el mundo, las personas que dependen de combustibles para trabajar son sensibles a los cambios en el precio de la gasolina. Durante los choques de precios de los años 70 y principios de los 80, los dramáticos aumentos en los precios de la gasolina provocaron protestas públicas, cambios en políticas gubernamentales y un movimiento hacia vehículos más eficientes en el uso de combustible. En tiempos de desastres naturales, las compañías en EU y otros países no pueden imponer precios, hay reglas estrictas para prevenirlo y penalizaciones en caso de que lo hagan.
México no es diferente. En un país donde el precio de un litro de gasolina es equivalente a casi 20% del salario mínimo, cualquier cambio en el costo, tiene consecuencias dramáticas en la calidad de vida de las personas. En años recientes, consumidores y organizaciones defensoras de sus derechos, han demandado en repetidas ocasiones al gobierno una disminución en los precios de gasolina. Estos precios sólo han ido en aumento en gran parte gracias al aumento en el precio del crudo y por lo tanto, las demandas al gobierno continúan.
Muchos justifican el “escándalo” de los precios de la gasolina en México al compararlo con los precios más bajos que hay en nuestro vecino del norte. Empero, esto no es un fenómeno nuevo. En los últimos 20 años, el promedio de precio de un litro de gasolina en Estados Unidos es de .47 dólares teniendo las variaciones más notables a partir de 2008, año de la crisis económica, hasta 2014 cuando se empezó a estabilizar y bajar al promedio histórico. En México, el promedio de precio por litro de gasolina es de casi .60 dólares en el mismo periodo, donde el hito de incremento en precios se dio con Ernesto Zedillo con 290% de incremento respecto al sexenio pasado. En la actualidad la diferencia es palpable: para finales del sexenio de Peña Nieto e inicios del gobierno de Obrador, se observa un incremento en el precio de gasolina de 76% mientras que en Estados Unidos este bajó en 38%.
En el estudio “Comparación del precio de la gasolina México-USA” del Ing. Manuel Aguirre Botello se puede observar que a partir de 1990 y hasta 2006, el precio de la gasolina fue sistemáticamente mayor que en EU. En el sexenio de Felipe Calderón se estabiliza, pero al final del gobierno de Peña se observa un margen de diferencia en precios de 87% más en México.
¿Por qué la diferencia? En su conferencia mañanera el presidente López Obrador culpó a las estaciones de servicio y los márgenes que cobran. Pero, según la EIA el porcentaje del precio de los márgenes de estaciones de servicio es de 22.4% (a 31 de diciembre de 2018), mientras que en México, este margen fue de 24.2%. Cuando vemos que el aumento en el precio de gasolina en diciembre 2018 en México fue 76% contra 38% en Estados Unidos, claramente no se justifica tomando en cuenta el pequeño diferencial de los márgenes de estaciones de servicio.
En lugar de ese argumento espurio, debemos analizar cómo se forman los precios de la gasolina en ambos países. El precio se calcula con el costo de obtener el crudo + costos de refinación + costos por logística + impuestos federales + impuestos estatales + IVA + márgenes de las estaciones de servicio.
Cuando comparamos los precios de gasolina en EU y México, encontramos importantes diferencias. El precio del crudo del petróleo es, gracias a la economía de mercado, muy similar en ambos países. También sabemos que EU cuenta con mayor capacidad de refinación que México. En cuanto a logística, EU conduce la mayoría de su producto vía ductos mientras en México el costo del transporte incluye las 571 pipas empleadas por el gobierno, generando un costo 14 veces más alto que en EU. En materia de impuestos, EU le designa en promedio 17.8% del precio final mientras que, en México, este porcentaje es de 40.4%.
En el caso de los impuestos, la SHCP ha dado estímulos para que el precio del combustible no se dispare, sin embargo, aquí entra el argumento mañanero del presidente, el público no disfruta del subsidio que Hacienda está absorbiendo debido a que las estaciones de servicio se están llevando parcialmente ese estímulo al IEPS. Sabemos que la variación dramática en los precios sí depende de los componentes de la fórmula e incluso Estados Unidos es un gran ejemplo. En California, por ejemplo, el precio promedio de la gasolina es de $1.06 USD el litro mientras que, en Alabama, el precio promedio es de $0.66 USD el litro. La diferencia está en que, en California, el estado cobra un impuesto extra que es federal más un impuesto más grande local que el cobrado en Alabama.
Ya habiendo expuesto cifras de qué tanto pedazo del pastel se llevan las estaciones de servicio y qué parte se llevan los impuestos, la realidad es que el argumento de AMLO necesita una explicación más extensa. Sería de gran utilidad que ahora explique a sus votantes de una manera más amplia y clara el cómo se determinan los precios de las gasolinas, con enfoque particular en la determinación de los márgenes de las estaciones de servicio. Recordemos que uno de los grandes avances en el sector energético en México en los últimos años, ha sido el énfasis en la transparencia y en fortalecer los mecanismos para que todo proceso sea público. Sería un gran gesto de respeto y confianza hacia los mexicanos si la administración les brinda la información completa.
Fuente: El Heraldo