La decisión del regulador de eliminar ciertas restricciones a la petrolera puede avecinar más decisiones a su favor, consideran los especialistas consultados.
La derogación del acuerdo que obligaba a Pemex a regirse por una regulación especial en la venta de combustibles al mayoreo pone a la petrolera nacional en ventaja frente a su competencia, porque además de quitarle regulación que frenaba sus acciones, alienta la incertidumbre sobre otras medidas que pudieran tomarse para apoyar al exmonopolio estatal, consideran expertos del sector consultados por Expansión.
La Comisión Reguladora de Energía (CRE) dejó sin efectos en diciembre una normativa que obligaba a Pemex a sujetar sus precios para las ventas al mayoreo, o ventas de primera mano, a una serie de reglas enfocadas a limitar su poder dominante en este mercado. El acuerdo A/057/2018 incluía la metodología para fijar sus precios, así como la obligación de dar información al regulador sectorial acerca de sus ofertas comerciales.
El dejar sin efectos esta normativa en realidad puede afectar sólo la manera en que Pemex definía sus precios al mayoreo, porque las demás obligaciones quedan aún vigentes en otros acuerdos y resoluciones anteriores de la CRE, dice Alejandro Montufar, director general de la consultora PetroIntelligence. “Lo único que les quitaron en realidad es cómo determinar el precio. Pero incluso aquí están limitados porque Hacienda determina los estímulos fiscales a la gasolina con una fórmula muy parecida a la que había impuesto la CRE”, dice Montufar.
Esta relación con Hacienda va a sujetar a Pemex a presentar precios que puedan ir en concordancia con la política de aplicación del estímulo que la autoridad hacendaria da cada semana para subir o bajar el cobro del Impuesto Especial la Producción de Servicios (IEPS) a las gasolinas y diésel, dice el especialista.
Lo que más preocupa de la resolución del regulador es que en sus argumentos para derogar la medida afirmó que existen condiciones de competencia en el mercado de gasolinas, un razonamiento que pudiera abrir la puerta para eliminar otras disposiciones que aún obligan a Pemex a sujetarse a cierta regulación asimétrica, dice Montufar.
La resolución señala que la petrolera seguirá bajo el escrutinio de la CRE respecto a prácticas contrarias a la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Competencia Económica, como los subsidios cruzados o discriminación en la oferta de servicios.
Esto envía señalas mixtas para los inversionistas porque, aunque se elimina la regulación asimétrica, se dejan abiertas estas oportunidades para que los competidores puedan denunciar malas prácticas de Pemex, explica Daniela Flores, analista de la consultora especializada Talanza Energy. “El privado debe apostarle en este ambiente a toda la cadena, desde la importación hasta la estación de servicio. Porque aún hay un mercado muy importante para invertir”, dice Flores.
Estas señales mixtas pueden aclararse si el regulador sectorial decide seguir con la lista enviada por Pemex, publicada por Expansión en diciembre, donde piden dejar sin efectos otros acuerdos y resoluciones que contiene regulación específica para la petrolera nacional.
La Comisión vivió una oleada de cambios el año pasado con la llegada de cinco nuevos comisionados –una de ellas acabó su periodo al iniciar 2020 pero ha sido propuesta para reelegirse al cargo- además de tener nuevos directores en varias de sus áreas estratégicas, lo que ha puesto en duda su independencia para tomar decisiones respecto a lo propuesto por Pemex, la Comisión Federal de Electricidad o la Secretaría de Energía (Sener).
Si bien la resolución de la CRE pretende seguir con la vigilancia de estas prácticas anticompetitivas, no queda claro cómo lo hará o si será con el mismo rigor que antes, dice Rosanety Barrios, especialista en temas energéticos.
“Parecería que hay toda la intención de desregular a Pemex. El objetivo de hacerla fuerte es un objetivo loable. Pero al obligar a ser el único en dar el servicio, no lo hace más fuerte, sino que lo debilita”, dice Barrios.
Las calificadoras de riesgo internacionales han cuestionado la rentabilidad de alguno de los negocios de Pemex como en el caso de la refinación, debido a que la compañía suele perder dinero en esta división. La política del gobierno se ha encaminado a cargar más peso sobre la compañía, lo que puede agudizar esta tendencia de años donde la compañía pierde millones de pesos para abastecer el mercado, considera la especialista.
Fuente: Expansión