Noticias GTH

Publicado el 28/Dec/17

La gasolina se liberó en 2017, pero su precio aún no bajará

Las empresas de la Ciudad de México no tienen más opción que comprarle la gasolina a Pemex, pese a que algunas ya cambiaron su marca a la de otra compañí­a. Esto evita una mayor competencia en precios.

La gasolina se liberó en 2017, pero su precio aún no bajará

La liberación de los precios de la gasolina apenas se ha visto reflejada en los costos del combustible al público en las estaciones de servicio de la Ciudad de México. En el corto plazo, los analistas dicen que no habrá una verdadera guerra de precios en la capital, debido a la falta de infraestructura para traer el producto de un comercializador distinto de Pemex, y a lo complicado que resulta abrir nuevas estaciones.

“Para efectos prácticos seguimos teniendo un solo proveedor, que es Pemex. Sigue habiendo de arranque un solo precio. No hay un diferenciador. Esto ha provocado que la movilidad de precios sea errática”, explica el vicepresidente de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), Fernando González Piña.

Las estaciones de servicio de todo el país ya pueden definir de manera libre los precios en cada una de sus gasolineras desde el 30 de noviembre de este año. Por ello, el gobierno ahora sólo puede influir a través de los estímulos fiscales mediante los que, cada semana, cobra un mayor o menor Impuesto Especial Sobre la Producción de los combustibles.

Esta liberación apenas ha modificado los precios entre estaciones de servicio, que se han mantenido homogéneos. En el caso de la Ciudad de México, las gasolineras por lo general venden unos centavos por encima de los últimos precios fijados por la Secretaría de Hacienda, pero es una subida muy ligera.

“Los que han empezado a hacer estos movimientos lo han hecho con mucha cautela”, dice González Piña.

Esto se debe a que la gran mayoría de las gasolineras a nivel nacional, y todas las de la Ciudad de México, aún dependen del suministro de combustible por parte de Pemex para abastecerse de gasolina o diésel.

El regulador del sector y Pemex tenían la intención de ir ofreciendo licitaciones para arrendar su infraestructura de transporte y almacenamiento, y que otras firmas distintas pudieran ofrecer el suministro. Esto aún no ha sucedido, y tampoco se tiene una fecha estimada de cuándo se abrirá el proceso, añade el representante gremial.

Además, la complejidad de los permisos, autorizaciones y el diálogo con los vecinos que se debe lograr para abrir nuevas estaciones en la Ciudad de México también complica que exista una mayor competencia, sobre todo en las delegaciones donde apenas existen registradas dos o tres gasolineras, como Xochimilco o Milpa Alta.

“La posibilidad de ubicar nuevas estaciones es compleja por las restricciones en el uso de suelo, la participación de los comités vecinales y toda la exhaustiva cantidad de permisos, autorizaciones y normatividad que hay que cumplir para abrir una nueva estación en la ciudad”, dice el directivo de Onexpo.

Las nuevas marcas disparan las ventas 

Si bien la liberación de los precios apenas ha modificado el escenario de las gasolineras en la capital del país, el cambio de imagen sí ha beneficiado a las empresas que han dejado atrás a la marca de Pemex.

“Sí ha tenido un efecto positivo en las ventas de servicio de estas estaciones. Muchas han aumentado 40% en sus ventas”, apunta González Piña.

El directivo estima que cerca de 40 estaciones de las casi 900 que hay en la zona del Valle de México han cambiado a otra imagen distinta a la de Pemex, y han conseguido buenos resultados por esto.

Fuente: Expansión

Regresar a inicio