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Publicado el 20/Aug/17

G500 planea llevar su marca fuera de México

El próximo año, las más de 1,400 gasolineras del grupo habrán cambiado su bandera al logotipo de la alianza; exploran entrar a distribución y almacenamiento y no descartan refinar si hay alguna oportunidad de negocio.

G500 planea llevar su marca fuera de México

A dos años de su fundación y bajo las nuevas reglas del mercado energético, el grupo gasolinero G500 cristalizó una de sus primeras metas: contar con una marca propia de venta al público, pero los retos que siguen son en expandirla rápido para llevarla al extranjero, incursionar en las tiendas de conveniencia, abastecer a otras gasolineras y grupos corporativos y, por qué no, si alguna oportunidad de negocio se presenta, entrar en la refinación de combustibles, afirmó Antonio Caballero, presidente de la alianza empresarial.

La red, que a la fecha cuenta con más de 1,400 gasolineras en México –alrededor de 12% de las estaciones de servicio del país–, va en serio en su afán de convertirse en la primera marca mexicana de alcance global en la venta de gasolina, en buena medida gracias la solidez que le da la alianza con la multinacional suiza de materias primas Glencore, que le permitirá contar con un abasto de combustible competitivo.

“La idea es seguirnos expandiendo, traspasar fronteras e incluso cruzar el charco (...) la alianza con Glencore otorga una complementariedad ideal, pues ellos son un grupo muy importante en el abasto mayorista, pero no tenían presencia en el retail”, dijo Caballero a El Economista, a la par que explicó cómo estos objetivos han sido trazados con una visión común y unánime de los más de 300 socios de la alianza, que afanosamente han marcado su ruta de crecimiento en las asambleas que llevan a cabo el último miércoles de cada mes.

El jueves de la semana pasada, la empresa inauguró su primera estación bajo la bandera G500, con la expectativa de cerrar el año con 200 puntos de venta convertidos a la nueva identidad y en el 2018 alcanzar la cifra de 1,400, situándose como la bandera con mayor presencia en el país y poniéndose al tú por tú con British Petroleum, que proyecta contar con 1,500 gasolineras en los próximos cinco años. “Más nos vale apresurarnos para poder estar a la par de las empresas transnacionales y competir en México y el mundo, con respecto a México vamos tan rápido como Pemex y las autoridades nos lo permiten, estamos, por ejemplo, esperando el inicio de la temporada abierta”, afirmó.

En su estrategia, avanzar rápido también es clave para lograr las economías de escala y eficiencias necesarias que den viabilidad al nuevo modelo de negocios de G500, que incluye tiendas de conveniencia –pronto prevén lanzar la marca G-Store– y ofrecer programas de lealtad. “A nuestros clientes no les conviene tener una tarjeta de lealtad para una sola estación de servicio, para potenciar al programa es necesario que haya una variedad de opciones”, dijo Caballero.

G500 se sabe en un nuevo ecosistema competitivo en el que hay una disputa con nuevas marcas, nacionales y globales, por un mercado que prácticamente no crece, por lo que la diferenciación se vuelve vital para lograr una mayor tajada. “Un factor va a ser la calidad del combustible, hay una gran ventana de oportunidad para mejorarla en México, y la gente lo va a sentir cuando vean que su tanque dura más, que el desgaste de los motores se reduce con nuevas gasolinas con aditivos, como la de G500”.

“Somos quizás el sector económico (el de las gasolineras) más regulado del país”, amplía Antonio Caballero, pues cuando se trata de hablar de un entorno que promueva la competencia en el sector, se contraponen los escollos administrativos que aún prevalecen en todos los órdenes de gobierno, a pesar de que el marco regulatorio del sector pasó en su totalidad al ámbito federal a partir de la reforma energética del 2013-2014. Con o sin el respaldo de Glencore, dependiendo de si el negocio lo demanda, G500 se vislumbra como un negocio integrado, con presencia en almacenamiento y distribución de combustible, por lo que el negocio al mayoreo está en su agenda. “Al convertirnos en grupo gasolinero vamos a desarrollarnos en el B2B, nuestra idea es abastecer también a empresas. Al llevar el combustible a esas empresas vamos a competirnos a nosotros mismos. Queremos darles el servicio integral” informó Caballero.

Yendo más allá, apostó a que no debería extrañar que la empresa se involucrara en algún momento en la refinación de combustibles, algo que también permite la reforma energética mexicana. “A la refinación le tenemos respeto, pero no perdemos de vista ni siquiera eso. Para entrarle tendría que ser, para los costos que se manejan y los márgenes tan pequeños, una oportunidad de mercado y yo creo que se darán”.

En un mercado en donde, por años no pasó gran cosa y la rentabilidad estaba asegurada por el modelo energético de Estado, hoy Antonio Caballero es enfático sobre algo que en el pasado nadie pensaba que pudiera cuestionarse: la continuidad del negocio. “Hoy nuestro mayor interés es que nuestro negocio se lo podamos heredar a nuestra siguiente generación. Que lo podamos transmitir a nuestros hijos”, cerró.

Franquicias, otro negocio

Entrada a Bolsa, en la ruta

La senda de crecimiento que seguirá el grupo gasolinero G500 demandará un flujo importante de recursos y el financiamiento bursátil es una alternativa que no se descarta, afirmó Antonio Caballero, presidente de la alianza de estaciones de servicio.

“Sí, seguramente buscaremos esquemas de financiamiento (en la Bolsa Mexicana de Valores) porque los vamos a necesitar ya que, con o sin, nuestro socio Glencore –dependiendo de si es necesario o no–, participaremos en otros segmentos de la cadena: transporte, en almacenamiento, tiendas de conveniencia, etcétera. Todo lo que nos ofrecen las oportunidades que se nos presentan”, dijo el empresario.

Informó que varias “mentes brillantes del sector financiero” han buscado al grupo para ofrecerle esquemas como del de los fideicomisos de inversión en bienes raíces (Fibra), pero por el momento continúan evaluando opciones.

La alianza actualmente tiene poco más de 300 socios con más de 1,400 estaciones de servicio afiliadas, que representan 12% de las gasolineras del país y comercializan 16% de la gasolina, algo que equivale a 100% de la gasolina comercializada en Colombia o 60% de la gasolina vendida en Francia.

La meta es llegar a 2,000 puntos afiliados y una vez logrado el objetivo, G500 prevé la generación de recursos adicionales a través del franquiciamiento, pues cubierta la meta de socios, quienes quieran llevar la bandera G500 en sus estaciones de servicio, se convertirán más bien en “clientes” del grupo.

El músculo del grupo no es menor: Antonio Caballero estima que tan sólo cuantificando el valor de los predios de las estaciones de servicio socias se tiene un monto de 1,400 millones de dólares (un millón de dólares por estación), a lo que se puede sumar otros 1,400 millones por concepto de infraestructura. (Luis Miguel González y Octavio Amador)

Fuente: El Economista

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