Pemex reportó una caída de 19.6% en sus ventas nacionales principalmente por un descenso en los precios de la gasolina y diésel, además de una menor venta de dichos combustibles por la pérdida de mercado ante nuevos jugadores.
La franquicia gasolinera de Petróleos Mexicanos (Pemex) perdió 1,751 gasolineras durante el tercer trimestre de 2019, ante nuevas marcas que operaron en el mercado mexicano.
De julio a septiembre, la marca de la empresa productiva del Estado contabilizó un total de 8,733 estaciones de servicio, mientras que en el mismo periodo del año pasado, la compañía registró 10,439, una caída de 16%, de acuerdo con su reporte trimestral.
Del total de gasolineras bajo la bandera de Pemex, 8,688 son privadas y operan como franquicias. Las 45 restantes son propiedad de Pemex Transformación Industrial (TRI) como estaciones de autoconsumo.
La petrolera que dirige Octavio Romero Oropeza registró 544 estaciones de servicio con sublicenciamiento de
marca.
“2,255 estaciones de servicio que operan con marcas distintas a Pemex, pero los combustibles que
comercializan son suministrados por Pemex”, mencionó la compañía en su reporte de resultados financieros.
Pemex reportó una disminución de 19.6% en sus ventas nacionales explicada principalmente por una caída en los precios de la gasolina y diésel, además de una menor venta de dichos combustibles por la pérdida de mercado ante la entrada de nuevos jugadores.
Tras aprobarse en diciembre de 2013, la reforma energética del gobierno priista de Enrique Peña Nieto abrió el mercado de combustibles fósiles a la industria privada.
Gigantes energéticos como ExxonMobil, BP y Shell comenzaron a quedarse con una parte del mercado de Pemex con un valor de 512,600 millones de pesos anuales, primero a través de las franquicias y posteriormente con la importación de combustible para sus estaciones.
La compañía petrolera aún abastece con gasolina y diésel al 95% de las estaciones de servicio que operan en nuestro país.
El presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió en abril que si los empresarios gasolineros no bajan el costo de los combustibles, el Estado mexicano crearía un grupo de estaciones de venta en el país, “suficienes para que en esas estaciones se venda a precios justos”.
Fuente: Forbes